¿Me puedo hacer la depilación láser en verano?

El verano es una fecha para disfrutar de la piscina, de la playa o la montaña y en la que nos planteamos: ¿Me puedo hacer la depilación láser en esta época?

La respuesta es .

La depilación con láser se puede realizar durante todo el año. El único requisito es que la piel no esté bronceada. Por tanto, la depilación se podrá realizar antes de comenzar a tomar el sol; y por tomar el sol nos referimos también a la radiación solar que recibimos mientras caminamos por la calle.

Y es que la luz del sol se compone de una variedad de energías que son transmitidas a la tierra en forma de ondas electromagnéticas pero solo un 1% del total del espectro electromagnético puede ser percibido por el ojo humano.

La Radiación Solar para la Depilación Láser en Madrid

Tomar el sol tiene múltiples beneficios que veremos a continuación, pero también hay que tener en cuenta ciertas precauciones, sobre todo si vamos a realizarnos la depilación láser. A continuación lo explicaremos para que se entienda mejor.

 

Efectos negativos de la luz solar

Una exposición solar demasiado larga o prolongada  provoca una serie de efectos agudos, que incluyen:

– El eritema o quemadura
– El cambio de pigmentación o melanogénesis (bronceado)
– La fotoinmunosupresión
– Efectos nocivos tardíos o crónicos como el fotoenvejecimiento y la fotocarcinogénesis

El eritema o enrojecimiento de la piel supone una respuesta inflamatoria al daño causado por la exposición solar. En función de la intensidad de la exposición puede variar desde un ligero enrojecimiento hasta la quemadura de diferentes grados. Se debe fundamentalmente a la acción de los rayos UVB.

La pigmentación de la piel o bronceado es consecuencia, en una primera fase, de la radiación UVA; y, en una segunda, más duradera, de la UVB. El bronceado ofrece una protección parcial sobre las quemaduras solares, pero no sobre los efectos tardíos o crónicos. Además, las radiaciones UVA y UVB promueven una serie de cambios que conllevan una depresión inmunitaria que se puede manifestar localmente en la zona irradiada o en sitios distantes de esta.

El término fotoenvejecimiento se refiere al envejecimiento prematuro de la piel por la exposición a la radiación ultravioleta. Se caracteriza por la aparición de arrugas profundas, pérdida de elasticidad, alteraciones de la pigmentación (manchas llamadas lentigos solares, pequeñas zonas blancas despigmentadas) y de la vascularización (pequeñas venitas, arañas vasculares, etc.). También pueden aparecer lesiones tumorales benignas, premalignas y malignas.

El cáncer de piel es la consecuencia más grave de la exposición solar (fotocarcinogénesis). Aparte del melanoma, existen otros tipos de cáncer de piel: el carcinoma espinocelular y el vasocelular. El melanoma es el cáncer de piel menos frecuente y más grave.

 

Efectos beneficiosos de la luz solar

Existen muchos efectos nocivos, pero también efectos beneficiosos. El sol es imprescindible para la vida, por lo que puede decirse que los beneficios de la luz solar abarcan desde la estimulación de la inmunidad celular hasta un aumento de la vitalidad y protección contra la depresión.

Efectos sobre la piel: La radiación solar, en concreto la que nos llega en forma de rayos ultravioleta, posee un potente efecto bactericida. Favorece la dilatación de los vasos superficiales y el endurecimiento de las capas epidérmicas superficiales para la protección contra la excesiva radiación solar. Además, los rayos ultravioleta estimulan la segregación de melanina, que es un pigmento de color oscuro responsable del bronceado y que, a la vez, protege del exceso de radiación.

Efectos sobre el sistema nervioso: Cuando tomamos el sol, genera en nosotros una sensación de bienestar ya que estimula las terminaciones nerviosas de la piel, provocando una reacción favorable sobre el cerebro.

Efectos sobre el aparato locomotor: La radiación ultravioleta genera vitamina D en las células de nuestra piel; esta vitamina es responsable de la fijación y asimilación del calcio que ingerimos gracias a los alimentos que lo poseen. De modo que exponernos a la luz solar facilita el fortalecimiento de nuestros huesos. La irrigación sanguínea en los músculos también se ve favorecida por la luz solar, que proporciona energía a partir de los procesos bioquímicos que tienen lugar en las células de dichos músculos.

La exposición a la luz solar estimula la producción de glóbulos rojos, blancos y plaquetas en la médula ósea.  De igual modo, reduce el nivel de glucosa en la sangre, permitiendo una mayor tolerancia hacia los carbohidratos.

Efectos sobre el sistema endocrino: Toda luz solar, que llega a la retina en forma de estímulos luminosos, se transmite posteriormente al cerebro (como impulsos nerviosos). Dichos impulsos nerviosos ejercen influencia sobre la hipófisis, responsable de la producción de hormonas, como las presentes en ovarios y testículos. Su actividad depende en buena parte del flujo de luz solar que alcance nuestra retina.

Los baños de sol, debidamente realizados, están indicados para solucionar o mejorar algunas dolencias específicas como la psoriasis, osteoporosis, tuberculosis, debilidad muscular, raquitismo, ciática, depresión, astenia, inflamaciones de los ovarios, impotencia sexual, anemia, inmunodepresión…, así como para tratamientos de obesidad y diabetes.

Pero para beneficiarnos de la luz solar se requiere seguir una serie de consejos, además de conocer cuál es la tolerancia individual de nuestra piel frente a la luz solar. En primer lugar, es obvio que la exposición al sol siempre debe ser progresiva y, además, intercalando periodos de descanso para que la piel se acomode al aumento de radiación.

En función de la sensibilidad al eritema y de la capacidad para desarrollar el bronceado, clasificamos los tipos de piel en seis fototipos.

 

Los 6 tipos de piel

En 1975 Thomas B. Fizpatrick desarrolló un sistema de clasificación para tipificar la piel. Este sistema se basa en la respuesta de la persona a la exposición al sol en términos de grado de quemadura y bronceado que experimenta el individuo. Para tener éxito en la depilación láser, es necesario determinar el correcto tipo de piel:

Tabla Fotodepilación Láser

TIPO I: Altamente sensible, siempre se quema, nunca se broncea.
Ejemplo: Pelirrojos con pecas o Albinos.

TIPO II: Muy sensibles, se queman fácilmente, se broncean mínimamente.
Ejemplo: Caucásicos de piel clara y pelo claro.

TIPO III: Sensibles al sol, a veces se queman, lentamente se broncean hasta marrón claro.
Ejemplo: Caucásicos más oscuros, Mezcla Europea.

TIPO IV: Mínimamente sensibles al sol, se queman mínimamente, siempre se broncean hasta marrón oscuro.
Ejemplo: Mediterráneos, Europeos, Asiáticos, Hispanos, Indios- Americanos.

TIPO V: Piel insensible al sol, raramente se queman, se broncean bien.
Ejemplo: Hispanos, Afro-Americanos, Medio orientales (Oriente Medio).

TIPO VI: Insensibles al sol, nunca se queman, muy pigmentados.
Ejemplo: Afro-Americanos, Africanos, Medio orientales.

 

El sol y la depilación láser

La melanina es un fotoprotector natural de nuestra piel, altamente eficaz, ya que es capaz de absorber hasta el 99% de la energía de radiación ultravioleta del Sol.

Teniendo en cuenta que el proceso del láser consiste en la captación de melanina, no sólo captará la melanina del pelo, sino también la de la piel. Por lo tanto, si la piel está bronceada, la luz del láser puede captar también esa melanina.

Cuando la luz del láser llega a la piel se transforma en calor, por eso hasta ahora los láseres no son compatibles con el sol. Teniendo en cuenta que si previamente hemos recibido una importante dosis de calor en las zonas de la piel que van a ser tratadas, si volvemos a someter la piel a otra dosis de calor por el láser o por el sol, estamos acumulando demasiada energía en la zona, por lo que se podrían causar quemaduras, eritemas, manchas…

Por ello hay que tener en cuenta la última exposición solar antes y después de realizar la sesión de depilación láser, así como el tipo de láser que se vaya a realizar. Porque si el láser tiene mayor penetrabilidad, en el caso de piel oscura evitará que la melanina epidérmica absorba parte de la luz y se produzca una lesión. De todas formas, cuanta menos melanina tenga la piel, más seguro será el tratamiento.

Tiempos de exposición solar según el tipo de láser:

  • 5 días previos con láser de Soprano SHR. Y 10 días después
  • 10 días previos con láser de Neodimio Yag. Y 10 días después
  • 30 días o ausencia de bronceado con láser de Alejandrita o Diodo

Protección frente al sol

Siempre que nos expongamos al sol se deben utilizar cremas fotoprotectoras que cubran el espectro UVA y UVB y que sean adecuadas para cada tipo de piel. El índice o factor de protección (SPF) nos da una idea del tiempo que podremos exponernos al sol sin riesgo de quemadura.

Existe un modo práctico de definir el SPF; indica el múltiplo de tiempo que se puede exponer una piel al sol sin experimentar eritema, en relación al que se podría exponer sin necesidad de filtro solar. Es decir, si una persona en un momento determinado puede soportar, sin riesgo de quemaduras, una exposición al sol de 5 minutos, en presencia de un filtro que tuviera un SPF de 5, podría resistir una exposición solar de 25 minutos (5 veces más).

La  recomendación es utilizar una protección de por lo menos SPF 30 para la exposición diaria y de SPF 50 o “broad Spectrum” (amplio espectro) porque, usado correctamente, protegerá la piel para el tratamiento de depilación láser, contra el cáncer de piel y el envejecimiento prematuro, además de las quemaduras.

A la hora de aplicarlo sobre la piel es necesario usar la cantidad suficiente y hacerlo 30 minutos antes de iniciar la exposición solar. Después iremos renovando la aplicación cada 3 ó 4 horas y siempre tras salir del agua. En algunos casos puede ser necesario el uso de filtros físicos.

La necesidad de protección depende del fototipo de cada persona. Cuanto más bajo es su fototipo, mayor debe ser el factor de protección utilizado. Y es que los protectores solares contienen sustancias que reducen la cantidad de rayos que penetran en nuestra piel, pero no lo evitan completamente. Aunque si se utilizan de modo correcto, disminuyen de modo significativo el daño solar